27 mar 2008

las flores del mal







Hace algunos meses mostramos con orgullo los motivos florares que por encargo Masaki Santo diseño para la calzada de un proyecto urbano en Cuenca_Ecuador que planteaba por iniciativa del I. Municipio de Cuenca la readecuación de un espacio urbano emblemático de la ciudad: La Plaza de las Flores o Plazoleta “Del Carmen”.

Este proyecto _enfocado en este espacio urbano así como en las vías adyacentes_ debía mantener su uso actual, sin dejar de lado su revitalización, debía mejorar las características ambientales del sector y dotar de servicios complementarios para las personas que viven de la comercialización de flores y plantas. Complementariamente debía regular el uso del espacio público, a través de la dotación de mobiliario, servicios complementarios, etc., integrando este espacio público a un recorrido de atracción turística.

La obra iniciada hace nueve meses finalmente esta concluida y en uso. Sin embargo su desarrollo no ha dejado de generar polémica hasta el momento.

Primero fue el hecho de generar una plataforma única que eliminaba las veredas y le devolvía al peatón mas libertad, después el color de los adoquines que se usaron en el piso que según algunas justificaciones peregrinas le daba un aspecto industrial, frío y "minimalista" a la "barroca y andina?!" plaza y finalmente las famosas casetas de venta de flores que algunos iracundos "intelectuales y libre pensadores" han denominado "refrigeradoras".

A esta polémica finalmente se sumó el
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, según el cual fue "inconsultamente" marginado de todas las decisiones que este proyecto implicaba, razón por lo cual (entre otras) exige la demolición de parte del mismo _principalmente las casetas de venta de flores_ pues según un informe presentado la plaza se ve limpia e higiénica?!.

Seria interesante recordar que antes los vendedores soportaban el sol y la lluvia bajo improvisadas "glorietas" en detrimento no solo de sus productos sino de su salud, que la gente que transitaba (a pie) por el lugar y compraba las flores tenia que sortear el transito de los alrededores y la suciedad reinante o que el atrio de la iglesia sencillamente no se contemplaba.

No cabe duda que la conservación de los bienes patrimoniales es tarea de todos, pues estos son memoria "viva" de lo que somos y de lo que queremos ser. La gente de a pie y los comerciantes que ya han vuelto a la restaurada "Plaza de las Flores", deberían tener la ultima palabra y no los trasnochados alegatos que defienden el espacio publico como el bucólico reducto de contemplación burguesa o aquellos que apuestan por perpetuar la postal turística de lugares exóticos y lejanos.

4 comentarios:

diegoLARAsaltos dijo...

de luchas generacionales estamos hechos...

como alguna vez nos dijo Jorge Enrique Adoum luego de un recital, cuando yo tenía 17 el pasaba los 50s, "...uds. lo que deberían hacer es matarles a todos los tipos mayores de 40 años..."

d.

MISUCO IS DEAD dijo...

Como una reacción que se ha vuelto repetitiva y fastidiosa, nos encontramos nuevamente frente al polémico caso del cambio, un cambio que para muchos es un insulto a lo logrado en nuestra querida y particular ciudad, una ciudad donde nos tropezamos por tachar de, absurdos, pensamientos que no se adapten a la consigna de unos cuantos que creyéndose poderosos gritan y patalean cuando no son parte de la torta proyectual.

Las ciudades mutan, buscan mejorías, buscan nuevas visiones y nuevas alternativas. No se detienen y siguen su camino, siempre habrá justos por pecadores, una decisión requiere sacrificios y cambios.

Por que estamos acostumbrados a aplaudir proyectos ajenos, sean buenos o malos, por que para variar lo hecho en casa no sirve y es feo, raro, incomprensible y un millar de argumentos negativos.

Las nuevas generaciones queremos una ciudad limpia ordenada y de avanzada, no queremos regresar a la carreta, ni a la vereda incaminable

EL ORDEN ES PROGRESO.

Suca dijo...

No creo que tenga nada que ver con la edad, sino como dice el post con una visión "aburguesada", escencialista y ciertamente trasnochada de lo que es el patrimonio.

la pregunta entonces que hay que hacerse es cómo las autoridades e instituciones definen al patrimonio?.

Tengo la impresión de que en este país la definición oficial que se maneja está asociada al pasado arqueológico, confundiendo así "conservación" con "inmutabilidad", y lo que es peor desconociendo que tanto la memoria como el patrimonio están vivos y además en el presente.

La bendita manía de ensayar dijo...

Es una lástima, que esta iniciativa que desde el suelo busca elevar una ciudad, se vea criticada por aquellos cuya mirada es siempre hacia abajo y deben comentar de ello. Al principio debatía con el autor de este Blog el título de esta nota. No encontré la relación entre el libro de Baudelaire y una obra que a mi parecer embellece este rincón de tan pintoresca ciudad. Ahora comprendo que la relación puede estar entre la manera de pensar o una obsesión en común entre los críticos de esta iniciativa y aquel autor de las Flores del mal